El etiquetado obligatorio del origen de las carnes en EEUU, conocido como COOL por su siglas en inglés, no ha salido bien parado en un informe que acaba de presentar el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA). La elaboración de este informe estaba recogido en el Farm Bill 2014 y va a ser presentado al Congreso.
El informe señala que el COOL no ha generado ningún beneficio medible al consumidor. La demanda de carne de vacuno o de porcino no ha aumentado por el COOL. Por el contrario, el informe destaca que los ganaderos, industria, distribución y consumo se han visto perjudicados por este sistema. El coste de aplicación del COOL, tan solo en la carne de vacuno y en su primer año, fue de 405 millones de euros. Los consumidores se vieron perjudicados al tener que soportar mayores precios en los lineales y una menor oferta.
EEUU introdujo las normas del etiquetado el origen en 2009. Dichas normas establecen que para que en el etiquetado de una carne se pueda poner que su origen es EEUU, es obligatorio que dicha carne proceda de animales que han sido nacidos, criados y sacrificados en EEUU. Estas normas suponen un impedimento para los animales y carnes que se importan en el mercado de EEUU, por lo que en noviembre de 2009 Canadá y México llevaron el COOL ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), quien dictaminó en su favor. En consecuencia, el USDA tuvo que modificar el COOL, pero en noviembre de 2014, Canadá y México volvieron a plantear un panel ante la OMC. Se espera el dictamen del panel para el 18 de mayo próximo.
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