La primavera ha entrado en la provincia de Alicante de manera muy positiva para la agricultura al traer lluvias que los productores esperaban con urgencia.
Después de 3 largos meses en los que apenas se registraron precipitaciones, tenemos que remontarnos al mes de noviembre para hablar de litros de consideración, el agua está causando un gran alivio al campo alicantino. Las precipitaciones se producen cuando la escasez de agua ya se estaba asumiendo como especialmente preocupante e, incluso, desesperante en determinadas zonas como las de secano del Alto Vinalopó.
El agua “está siendo una auténtica maravilla. Ha servido para lavar los suelos, para limpiar la madera de los árboles tanto de hoja caduca como perenne,… Los cítricos, por ejemplo, estaban muy necesitados de lluvia, y ésta les ayudará incluso a superar los daños de las heladas. Si hubiera caído en mayo y/o abril, por ejemplo, el cultivo más característico de nuestra provincia no lo hubiera recibido tan bien, ya que en estos meses lava el azahar. Las precipitaciones, por tanto, están siendo de momento muy favorables, necesarias y, por supuesto, oportunas por las fechas en las que se han producido”, explica el presidente de la organización, Eladio Aniorte.
También se espera que las precipitaciones beneficien notablemente a cultivos como el de la uva de mesa y la uva de vino. Favorecerá el desarrollo de las hortalizas y hasta de cultivos que se encontraban en flor como el almendro, excepto en zonas concretas.
El único daño percibido hasta ahora se registra en los caminos e infraestructuras privadas, como sistemas de riego, invernaderos y vallados, efectos negativos en los que también han afectado las fuertes rachas de viento. También perjudicará paralizando por pocos días el trabajo de labranza y preparación de los bancales para la campaña de verano.
Fuerte sequía
“Pese a que, por fortuna, ahora esté lloviendo, el ministro de Agricultura Miguel Arias Cañete debe continuar con la tarea que ha emprendido para buscar consenso y retomar el Plan Hidrológico Nacional, que permitirá a nuestra provincia poder utilizar el Júcar-Vinalopó, con agua de calidad y costes para riego asumibles; los recursos hídricos procedentes del Ebro y mantener la transferencia de agua del Tajo al Segura”, defiende el presidente Eladio Aniorte, que explica que “es buen conocedor y sabe que la sequía estructural la padece el sureste peninsular, donde la evapotranspiración es mucho más elevada y donde hemos dado un gran ejemplo respecto a la eficiencia en el uso del agua, recurriendo al riego localizado y ejecutando numerosas obras para impedir que se eche a perder ni una sola gota”.
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