El mercado lácteo mundial ha demostrado tener una resistencia notable en los últimos meses. Los precios se han mantenido a pesar del crecimiento de la oferta, del deterioro de la coyuntura económica y de la debilidad de las ventas a Rusia y China. No obstante, durante el primer trimestre de 2012, el mantenimiento de esta fortaleza es bastante cuestionable, antes unas perspectivas de aumento de oferta y flaqueza en la demanda.

Por un lado, el mercado tendría que absorber el incremento de producción del final de campaña de Australia, Argentina y Nueva Zelanda, si bien, en el caso de éste último, la sequía podría poner fin al crecimiento interanual en los últimos meses de verano. También se esperan incrementos de la oferta de la UE y EEUU en un contexto de estancamiento de sus mercados locales. La evolución de la oferta va a depender de la evolución de los precios de las materias primas para la alimentación animal, ya que si los costes de los piensos aumentaran se produciría una reducción de las raciones y por tanto, de la producción láctea. No obstante, la volatilidad del precio de las materias primas hace difícil las previsiones en este sentido.

En cuanto a la demanda mundial, ésta no va pareja al aumento de oferta. Se prevé que la economía de los países importadores de lácteos crezca lentamente durante los próximos meses, por lo que se contaría con una demanda moderada que ejercería cierta presión a la baja sobre los precios.

Paralelamente, el fallo de las autoridades de la UE para frenar la crisis de deuda soberana, afectaría negativamente a la economía mundial y por ende, a la demanda de productos lácteos. Al mismo tiempo, es poco probable que se produzca un incremento de la demanda similar al del pasado año, si bien no es descartable cierto tirón del consumo chino durante el primer trimestre, de acuerdo con una presentación de Cooperativas Agroalimentarias en base al informe trimestral del Rabobank.