Un grupo internacional de científicos han desarrollado bacterias E. coli que son capaces de digerir los hidratos carbono que se encuentran en un alga marina marrón y transformarlos en etanol, convirtiendo al alga en una fuente potencial de combustibles y químicos renovables. Los investigadores y la industria energética tienen grandes expectativas en esta alga por dos razones principales: su alto contenido de azúcar proporciona una buena biomasa, y el alga marina no compite con las cosechas ni por la tierra ni el agua.
Hasta ahora, el problema que plantea la utilización de las algas para la producción de biocombustible es que el hidrato de carbono que contiene, llamado alginato, no es inmediatamente metabolizado por las bacterias. Por este motivo, los biocombustibles producidos a partir de algas marinas han resultado muy caros para competir seriamente con los combustibles obtenidos del petróleo.
Los investigadores han conseguido alterar la bacteria E. coli para producir enzimas que digirieran los polímeros de los azúcares de las algas marinas. La bacteria desarrollada también produce proteínas que transportan los azúcares degradados (mono y oligosacáridos) y contiene vías metabólicas que fermentan el etanol de los azúcares, una fuente de combustible renovable. Si este proceso pudiera realizarse a gran escala con éxito, el alga marina podría ayudar a satisfacer la creciente demanda de biocombustible.
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