Los Estados miembros deben tener libertad para restringir o prohibir el cultivo de semillas modificadas genéticamente, según la revisión de la normativa comunitaria que el pleno apoyó ayer. Sin embargo, los eurodiputados proponen que los países puedan alegar también razones medioambientales, como la resistencia a los pesticidas o la preservación de la biodiversidad, al tomar estas decisiones. El Parlamento ha aprobado una serie de enmiendas a la propuesta de la Comisión por 548 votos a favor, 84 en contra y 31 abstenciones.
El objetivo de la revisión de la ley actual, propuesta por la Comisión Europea, es dar una mayor seguridad jurídica a los Estados miembros en el ámbito del comercio internacional. Como alternativa a la «cláusula de salvaguardia», la Comisión propone prohibir el cultivo de transgénicos por motivos culturales, socio-económicos o éticos, quedando excluidas las razones de índole medioambiental o sanitaria.
Por tanto, la propuesta mantendría el sistema actual de autorización a nivel europeo, en el que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sigue siendo el organismo encargado de valorar los riesgos medioambientales y sanitarios, e introduce un nuevo sistema adicional de prohibición a nivel nacional para respetar las tradiciones de los distintos países.
El Parlamento Europeo ha modificado la propuesta para que los Estados miembros puedan alegar también «razones medioambientales» para prohibir o restringir el cultivo de transgénicos, como la resistencia a los pesticidas, la preservación de la biodiversidad o la falta de pruebas sobre los posibles efectos negativos del cultivo de transgénicos para el medio ambiente.
En otras enmiendas, la Eurocámara establece además que los estudios de impacto socioeconómico en un país o región podrán servir como argumento para prohibir este cultivo, por ejemplo en caso de que resulte imposible asegurar que no habrá contaminación de transgénicos en los cultivos tradicionales u orgánicos. En este sentido, los eurodiputados exigen que cada Estado Miembro adopte medidas para prevenir los casos de contaminación y se asegure de que los responsables de estos accidentes puedan ser multados.
Los Estados miembros tienen posiciones muy distintas respecto al cultivo de transgénicos. Seis países se han acogido a la «cláusula de salvaguardia» hasta el momento: Austria, Francia, Grecia, Hungría, Alemania y Luxemburgo. Por su parte, Polonia ha introducido legislación que prohíbe la comercialización de todas las semillas modificadas genéticamente.
En España se cultivaron el 80% de las 94.800 hectáreas de maíz MON810 (uno de los eventos autorizados en la UE) sembradas en 2009 en la UE. El resto estaba localizado en la República Checa, Portugal, Rumania y Eslovaquia. La patata Amflora (el otro evento autorizado) se cultiva actualmente en tres países: Suecia, Alemania y República Checa.
Una petición ciudadana, presentada recientemente con el respaldo de más de un millón de firmas, reclama a la Unión Europea que aplique una moratoria sobre nuevas autorizaciones en el cultivo de transgénicos.
Tras el voto en el Parlamento, el Consejo debatirá su posición sobre esta propuesta enmendada.
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