Carolina del Norte, el segundo mayor estado de mayor producción porcina de EEUU, ha empezado a aplicar nuevas normas medioambientales en relación con los purines porcinos. Estas normas, que se aprobaron en 2007, implican la prohibición de construir nuevas balsas de purines, tanto en nuevas explotaciones como en la ampliación de las existentes, según publica el diario New Observer.

Los ganaderos consideran que esta medida no les va a afectar actualmente, y que empezaran a notar su influencia dentro de 12 a 18 meses, debido a que dada la actual situación del sector, a lo máximo que aspiran los productores es a poder capear el temporal y a intentar resistir la crisis. Lejos quedan por el momento, las intenciones de ampliar granjas o de construir nuevas.

El estado de Carolina del Norte cuenta con un censo de 9,6 millones de cerdos y 2.200 explotaciones. En el último año, los censos se han reducido en un 6%.