De acuerdo con una investigación llevada a cabo por el Instituto Central para el Control de las Enfermedades Animales (CIDC) de Lelystad (Holanda), la adición de harinas de carne y hueso de origen vacuno, procedentes de los mataderos holandeses, a los piensos para no rumiantes apenas generaría nuevos casos de EEB. Los resultados de esta investigación, que ha sido encargada por el Ministerio de Agricultura, han sido publicados en la revista Resource, según el Boletín Exterior del MAPA.
Las empresas que producen piensos, tanto para rumiantes como para no rumiantes, representan el mayor riesgo de propagación del material infectado, por la contaminación cruzada en el proceso de producción. A través de un modelo de cálculo se ha estimado que esta posibilidad se sitúa en el 3,2%. Sin embargo, en la práctica, la cantidad de material infectado resulta, prácticamente en todos los casos, demasiado pequeña para infectar a un animal vacuno.
Si el material infectado de 100.000 vacas con EEB, llegase por error a la alimentación de animales vacunos, sólo produciría 13 contagios al año. Teniendo en cuenta las cifras actuales de casos de EEB, la posibilidad de nuevos contagios de EEB, por esta vía, son casi inexistentes.
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