El tipo de alojamiento influye en la proporción de cojeras y heridas en las patas y pezuñas de las vacas lecheras. Se producen más incidencias en explotaciones donde no se pastan que en donde se pasta. El estado de salud de las patas es peor cuando las vacas están en establo que cuando están al aire libre con cama de paja. Por el contrario, el mayor o menor nivel de producción de leche que tenga el animal no influye en las cojeras o daños en las patas. Así lo ha puesto de manifiesto un estudio de dirigido por H.J. Haskell, de la Escuela de Agricultura de Escocia, cuyos resultados se han publicado en el Journal of Dairy Science.
En el estudio se observaron 37 explotaciones lácteas en el Reino Unido. Cada visita duró cinco días, durante los cuales se registraron las cojeras, lesiones en las patas, hinchazones en las rodillas y daños en las pezuñas. Se comprobó que en las granjas donde no se pastaba había más vaca cojas (39 ± 0.02%) que en donde se pastaba (15 ± 0.01%), también era más elevada la frecuencia de las hinchazones en las rodillas (0.31 ± 0.02 versus 0.15 ± 0.01).
En las explotaciones con establos, los niveles de cojera eran mayores que en los patios con paja (0.25 ± 0.01 vs. 0.05 ± 0.01), así como también eran más elevado el número de heridas en rodillas y pezuñas. El diseño de los establos afecta a la salud de patas y pezuñas. El número de hinchazones en las pezuñas es mayor a medida que aumenta el gradiente del suelo del establo (0.16 ± 0.01 en establos sin pendiente versus 0.39 ± 0.02 en establos con una pendiente entre 0 – 1.5%). También se ha comprobado que la incidencia de cojeras es generalmente más elevada en granjas con establos pequeños y vacas pesadas.
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