Los suelos blandos, como los recubiertos con goma, resultan más beneficiosos para la salud de las pezuñas. Así lo ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California Davis y la Universidad de Georgia. Los resultados se han publicado en el número de noviembre de 2006 del Journal of Dairy Science.
En la investigación se tomaron vacas multíparas entre 10 a 30 días en lactación. Se dividieron en dos grupos, que se alojaron en dos corrales idénticos, con la diferencia de que en uno el suelo estaba cubierto por una manta de goma (n=84) y en el otro, el suelo era de cemento (n=82). Todas las vacas se evaluaron 3 veces, entre los días de lactación 10-30, 74-94, 110-130, para detectar la presencia de lesiones en las pezuñas en las patas traseras, cojera clínica basada en el nivel de locomoción y el crecimiento de la pezuña, observado en la pared dorsal o lateral derecha de la pezuña. En el inicio del estudio, no se observaron diferencias entre los animales.
Las vacas en el suelo de cemento, en comparación con las que se encontraban en suelo de goma, desarrollaron más erosiones en las patas, un mayor crecimiento de la pezuña y una mayor proporción de animales requirieron recorte terapéutico de la pezuña por cojera. Con independencia del tipo de suelo, la pezuña lateral tenía más probabilidad de desarrollar lesiones que la pezuña media.
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