El agua es un nutriente crítico pero que recibe muy poca atención, hasta que se presentan los problemas. Expertos de la Universidad de Georgia (EEUU) consideran que los avicultores deberían, no solo proporcionar agua en cantidades adecuadas, sino que deberían saber cuanta agua de la usada en la explotación se destina al consumo de las aves.
Existe una importante relación entre consumo de agua y de alimento. Tras un estudio realizado en la Universidad de Georgia, los científicos llegaron a las siguientes correlaciones:
– Tiempo frío: consumo medio de 1,55 kg de agua por kg de pienso.
– Tiempo cálido: consumo medio de 1,65 kg de agua por kg de pienso.
– Tiempo caluroso: consumo medio de 1,75 kg de agua por kg de pienso.
El consumo de agua se incrementa con la edad. También se incrementa con la temperatura ambiental. El consumo de agua se puede doblar o incluso triplicar en los períodos de calor. Según los investigadores, el consumo de agua en broilers aumenta un 12,5% por cada grado C que aumente la temperatura.
En los períodos de estrés por el calor, muchos productores adicionan electrolitos al agua. Estos regulan la función nerviosa y muscular, son importantes en el balance ácido-base de la sangre y la retención de líquidos y aumentan el consumo de agua. Los expertos consideran que la acción conjunta de los electrolitos y el aumento del consumo de agua favorece que la mortalidad por estrés se reduzca.
Otro factor que influye en el consumo de agua es la iluminación. En las explotaciones que utilizan programas de iluminación se ha detectado que existen dos momentos de consumo pico de agua. Uno es justo antes de que se enciendan las luces (amanecer) y el otro, es antes de que se apaguen (atardecer).
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