Científicos de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign han desarrollado biofiltros para acabar con los malos olores de las explotaciones de porcino. La efectividad de este filtro depende de los materiales utilizados y de aplicar adecuados niveles de humedad, pudiendo llegar a reducir los malos olores en un 80%.
Los biofiltros son una cama de virutas de madera o de otro material orgánico, conectado al sistema de ventilación de la nave o a los tubos de aire de los lugares de almacenamiento de deyecciones. Los ventiladores impulsan el aire que procede de la nave o del almacenamiento de deyecciones hacia el biofiltro. Las bacterias y hongos que crecen en este material orgánico, eliminan los componentes que producen olor al usarlos como alimento.
Los investigadores analizaron dos tipos de cama orgánica en una explotación de porcino. Una era de corteza de madera y polvo y la otra de virutas de madera y paja. Las muestras de olor de ambos biofiltros se remitieron a un panel de narices humanas expertas. Se comprobó que ambos filtros funcionaban muy bien en la reducción del olor pero que la de virutas de madera y paja era más efectiva en la reducción del amonio.
Para que el biofiltro trabaje adecuadamente es necesario que el material orgánico se mantenga húmedo. Para ello, están desarrollando sensores de humedad que permitan la rehidratación en caso necesario.
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