Investigadores de la Universidad de Illinois han desarrollado un nuevo método para la fabricación de bioetanol a partir de maíz, con un mayor rendimiento y unos coproductos de más valor.
El método que se utiliza hasta ahora es la destilación seca, cuyo proceso consiste en moler el maíz finamente e introducirlo en el destilador, separándose el almidón de las fracciones no fermentables (fibra, germen y proteína) que son las que finalmente constituyen los residuos conocidos como DDG. Un bushel de maíz (25,4 kg) produce 2,65 galones (246 l) de bioetanol y 15-17 libras (6,8-7,7 kg) de DDG que se usan en alimentación animal Los DDG tiene un alto contenido en fibra y se utilizan principalmente en rumiantes, siendo muy limitado su uso en animales monogástricos.
El nuevo proceso consiste en someter al maíz a un proceso enzimático previo en el que se separa el germen y la fibra antes del proceso de fermentación. De esta forma se reduce en un 65-70% el porcentaje de DDG. Además el residuo que se obtiene tiene un menor contenido en fibra y más proteína siendo equiparable a la harina de soja en su composición, y es utilizable en la alimentación de monogástricos.
Al eliminar la fibra y el germen antes de pasar al fermentador queda más espacio para el almidón produciéndose más bioetanol en cada proceso. Además el germen y la fibra sin fermentar se pueden utilizar para otros usos, como la extracción de aceite.
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