31 de enero de 2005. Ante las nuevas obligaciones de trazabilidad que las explotaciones ganaderas deben respetar desde el uno de enero para cumplir los requisitos de la condicionalidad y evitar la pérdida de las ayudas, los productores de vacuno de leche de la sectorial de ASAJA Salamanca reclaman a la Administración central y regional el mismo control de calidad en todas y cada una de las etapas de producción. Un seguimiento que los organismos públicos deben encargarse de exigir también a las industrias. Consideran que, sólo haciendo extensiva la vigilancia a las transformadoras se evitaría la entrada de leche negra de países de la UE que son excedentarios y se saltan “a la torera” todos los controles colando la cuota que a ellos les sobra. Mientras esto sucede, los ganaderos de leche salmantinos denuncian la situación de desventaja en la que se encuentran ya que ellos sí respetan minuciosamente el registro de entradas y salidas a través de la base de datos de la letra Q, en vigor desde el pasado año, acompañándolo además de una serie de obligaciones para producir una leche de calidad.

Precisamente, la calidad de la leche es otro de los asuntos que les preocupan y señalan la necesidad de revisar el actual índice de grasa que no se corresponde con la realidad del sector. En este sentido, proponen actualizar el límite del 3,7 por kilo o bien flexibilizar ese margen de referencia en función de la cuota individual sin necesidad de que al superar esa frontera se les reste cupo.

Por último, califican de absoluta locura el planteamiento del MAPA que pretende modificar el RD 291/2004 que regula la tasa láctea y que se aplicará a partir del próximo uno de abril según el cual se pretende penalizar al productor que sobrepase su cuota individual incluso cuando España no se exceda en la cantidad asignada. “Llevar a cabo esta medida en un país como el nuestro, en el que consumimos más leche de la que producimos, es ir en contra de los que generamos esa materia prima”.