La Comisión Europea ha decidido llevar a Suecia ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo porque considera que discrimina al vino en relación con la cerveza. El sistema de impuestos sueco proporciona una protección indebida a la cerveza, producida fundamentalmente en su país, en relación con el vino, que viene mayoritariamente de otros países. Ambas bebidas son consideradas productos que compiten.

Los impuestos establecidos en Suecia al vino y a la cerveza vienen de acuerdo a su contenido de alcohol final por volumen. La cerveza con más de 2,8% de grado alcohólico tiene unos impuestos de 147 coronas suecas por hectogrado. No se aplica ningún impuesto a las cervezas con un grado alcohólico igual o inferior a 2,8%. En el caso del vino, tampoco hay tasas en el caso de grado alcohólico por debajo de 2,25%, pero por encima de este umbral, los impuestos se aplican según intervalos. Para vinos entre un 8,5% y 15%, el impuesto es de 2208 coronas suecas.

En consecuencia, un litro de cerveza de 10% de alcohol tendría en impuestos 14,7 coronas suecas, mientras que un litro de vino del mismo grado, soportaría 22,08 coronas suecas