Siempre que se ha pensando en los nuevos países miembros se ha asumido que en todos ellos y para todos los sectores, sus costes de producción eran muy bajos, por lo que iban a ser una importante competencia en la UE-15. No obstante esto no resulta ser del todo riguroso.
En un estudio recientemente realizado y encargado por la industria húngara, se analizaron 185 explotaciones con el fin de detectar la problemática del sector, de acuerdo con el Boletín Exterior del MAPA. En el informe se analiza la situación del sector productor de la UE, con la excepción de Portugal, Grecia y Finlandia, se da un trato diferencial a Alemania del este y del oeste y se incluyen Suiza y Hungría.
En Hungría, el coste de la alimentación es uno de los más importantes, siendo 0,09 euros más elevado que en la media de países analizados. Para producir un kilo de leche en Hungría, se utilizan 420-450 gramos de forraje y pienso, mientras que en el este de Alemania, con análogos sistemas de producción, se necesitan sólo 350 gramos. Desde otro punto de vista, por 100 kilos de leche producidos, el coste de forraje es, en Hungría, 0,03 euros más elevado que en Italia, país con tradición de que sus costes han sido siempre de los más altos.
Los principales problemas detectados en el sector lácteo húngaro son la reciente subida de los salarios y del coste de la tierra, el alto número de trabajadores por unidad de explotación, costes directos solo superados por los existentes en Suiza, carencia de una red eficiente de frío que asegure la conservación de la leche, deficiencias en la recolección y ensilado de los forrajes y falta de correlación entre el tamaño de las explotaciones y los costes de producción, ya que éstos últimos se concentran en la mano de obra y la alimentación.
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