Hace siete años, en la cumbre de Kyoto sobre el cambio climático, la UE se comprometió a reducir en 2010 sus emisiones de efecto invernadero en un 8% en relación con los niveles de 1990. Al Reino Unido le correspondió una reducción de un 12,5% pero la administración británica elevó este porcentaje a un 20%. Los productores de porcino, como todos los consumidores no domésticos tienen que pagar una tasa por cada kilovatio consumido aunque pueden optar a una reducción del 80% del importe de la tasa si reducen su consumo de kilowatios progresivamente.
La sectorial porcina británica ha denunciado ante su Departamento de Agricultura que la incidencia del síndrome de adelgazamiento post-destete (PMWS) está dificultando que los ganaderos puedan optar a esta reducción en la tasa climática. En cada explotación se calcula el consumo de energía específico, que viene definida como la cantidad de kilowatios necesarios para producir un kilo de cerdo terminado. En las explotaciones afectadas por el PMWS, hay una mayor mortalidad, por lo que se producen menos animales, lo que a su vez implica un mayor consumo de energía por animal terminado. Además, otros factores también influyen en tener un consumo de energía específico desfavorable como son que la densidad de animales se reduce para combatir mejor la enfermedad, que los animales que sobreviven tardan mas días en estar finalizados, que por la enfermedad se precisa gastar más energía por que es necesario incrementar la temperatura y ventilación de las naves, así como extremar las labores de limpieza.
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