La reforma de la Política Agraria Común (PAC), aprobada ayer, ha eliminado la amenaza que para el sector de frutas y hortalizas suponía la propuesta inicial de la Comisión, ya que finalmente se ha aprobado lo que solicitaba el sector: aquellas tierras que, como consecuencia del desacoplamiento de las ayudas, dejen de dedicarse al cultivo del producto por el que reciben la subvención, no podrán dedicarse a la producción de frutas, hortalizas y patatas. Por tanto se evita, según FEPEX, la discriminación de los productores hortofrutícolas tradicionales.
La reforma de la PAC aprobada evita las distorsiones del mercado que hubiera provocado la propuesta inicial de la Comisión. El primer problema que evita es la competencia desleal y el agravio comparativo entre productores del mismo sector. Según la propuesta inicial comunitaria, los agricultores (que obtendrán ayudas no por lo que producen sino por tener una explotación) podrían cultivar en las tierras por las que reciben la ayuda desacoplada, otro tipo de cultivo, distinto al que generó el derecho de percibir la ayuda, principalmente frutas y hortalizas. Esto hubiera generado una grave discriminación entre productores del mismo sector: habría nuevos productores de frutas y hortalizas con ayuda a la explotación (obtenida basándose en derechos históricos por cultivar otros productos) y los productores tradicionales, que no iban a disponer de ese apoyo. Es preciso considerar que en este sector no se disponen de ayudas directas, obteniendo la totalidad de sus rentas en el mercado.
La segunda distorsión que evita la PAC acordada ayer es la saturación de los mercados hortofrutícolas, además de una deslocalización de las producciones. De aprobarse el documento inicial, hubieran surgido nuevas explotaciones hortofrutícolas donde ahora existen otros cultivos, generando situaciones de incrementos incontrolados de la producción, en un sector en el que los precios se fijan en función de la oferta y la demanda.
Estas amenazas se han eliminado, puesto que en el documento aprobado por el Consejo de Ministros menciona expresamente que los productores que han obtenido ayudas desacopladas por sus tierras podrán dedicarlas a cualquier actividad agraria, a excepción de frutas, hortalizas y patatas.
Para el director general de FEPEX, José María Pozancos, la aprobación de la propuesta inicial de la Comisión hubiera perjudicado a un sector que vive del mercado, introduciendo una mayor competencia por parte de productores de otros sectores subvencionados. Este sector, no afectado directamente en la reforma de la PAC puesto que no recibe ayudas directas, se hubiera visto afectado negativamente, por lo que para el director general de FEPEX, se ha salvado una situación crítica para los productores hortofrutícolas.
El sector de frutas y hortalizas representa la mitad de la producción vegetal agraria española. La exportación hortofrutícola española en 2002 alcanzó 6.869 millones de euros (1,13 billones de pesetas), convirtiéndose en el capítulo más importante de la balanza comercial agroalimentaria.
Madrid, 27 de junio de 2003
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