Asegurar la oferta de azúcar y mantener la estabilidad del mercado deben ser los dos objetivos prioritarios que debe cumplir la futura regulación del sector azucarero, según la Confederación Internacional de Remolachero de la UE (CIBE), que recientemente han publicado un documento con su aportación al debate de la PAC después de 2013.
La CIBE apoya que se mantenga el sistema de cuotas, ya que resulta un mecanismo más efectivo y barato que otros instrumentos como medidas de gestión de mercado o la utilización de los mercados de futuro, a los que el remolachero no tiene la capacidad de acceder. Considera que el actual sistema de cuotas ha conseguido estabilizar la producción azucarera en la UE, abasteciendo el 85% del azúcar consumido. Este umbral debería ser el mínimo de lo que hay que producir la UE. También apoya que el 15% de azúcar restante deberías ser proporcionado a través de acuerdos preferenciales con países en desarrollo, estableciendo un buen control en frontera sobre las importaciones del resto de países terceros.
Asimismo, la CIBE cree que el actual marco contractual basado en un precio mínimo para la remolacha y en los acuerdos interprofesionales es un sistema que garantiza el buen funcionamiento de la cadena productiva del azúcar y que, por tanto, no debería modificarse, sino más bien, reforzarse.
La organización común de mercado de la remolacha azucarera de la UE sufrió una drástica reforma en 2006, la cual está en vigor hasta la campaña 2014/15 e integrada en la PAC 2013.
La reestructuración del sector azucarero supuso la reducción de la producción comunitaria de azúcar en 5 millones de tn entre 2006 y 2009, el cierre de 83 fábricas de un total de 189, la salida del sector de 140.000 remolacheros y la pérdida de 16.500 puestos de trabajo directos.
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