Las variedades de maíz Bt, mejorado genéticamente para proteger a la planta de los ataques de la plaga del taladro, presentan un 50% menos de toxinas producidas por hongos en comparación con sus correspondientes variedades convencionales. Así lo confirma un estudio realizado por el grupo GENVCE, organismo que evalúa las nuevas variedades de cultivos extensivos en España, y que está integrado por técnicos de Institutos y Servicios del ámbito autonómico. Las conclusiones del estudio las recoge la revista Vida Rural en su número 245.

GENVCE ha realizado un total de 48 ensayos con variedades de maíz desde 2004 a 2006 en diversas localidades de Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, Madrid y Navarra y, además de las mediciones sobre la productividad de cada variedad, durante la campaña de 2006 se determinó la cantidad de fumonisinas en los maíces de ciclo 700 y 600.

Las fumonisinas son unas toxinas generadas por dos tipos de hongos, Fusarium moniliforme y fusarium proliferatum, que pueden contaminar a los cereales, lo que implicaría la intoxicación de los animales que se alimentan de los piensos fabricados con ellos. A pesar de que no es preciso el etiquetado de las fumonisinas, son capaces de desencadenar diversas alteraciones y cuadros patológicos en el hombre y en los animales.

Los estudios llevados a cabo por GENVCE muestran que más del 40% de las muestras tomadas han presentado unos contenidos de fumonisinas superiores a 2 partes por millón, nivel máximo propuesto para este contaminante en el reglamento europeo CE/856/2005. Los contenidos más elevados de fumonisinas se han encontrado en la zona Norte, y su presencia se ha visto favorecida por los ataques de taladros, de especial incidencia en el valle del Ebro y Cataluña.

Las variedades de maíz Bt, mejorado genéticamente frente a los ataques de esta plaga, resultan ser de mayor calidad, puesto que han presentado unos contenidos en fumonisinas un 50% más bajos que las variedades isogénicas convencionales.