
En esta línea, el comercio electrónico se enfrenta también a la necesidad de mantener el trinomio precio-calidad-variedad en la oferta de alimentación, para lo que es necesario que el coste del reparto no repercuta en los precios y en la competitividad de las enseñas.
Por último, en relación con el acceso de los ciudadanos a la alimentación saludable, en estos momentos, la presencia del canal digital es muy dispar en las diferentes zonas de España, mientras que el supermercado -de distintos tamaños- asegura el acceso de la inmensa mayoría de los consumidores en la proximidad de sus lugares de residencia o trabajo.
Los motivos más relevantes para la compra online son la confianza en el pago, la posibilidad de elegir distintas marcas, la facilidad de la web para elegir los productos y la confianza depositada en la enseña, siendo el precio el factor menos valorado.
Uno de los grandes puntos fuertes del comercio online es su facilidad de adaptación a las circunstancias laborales del consumidor actual. La compra online se realiza mayoritariamente, según el 80% de los encuestados que afirma trabajar fuera del hogar, de lunes a viernes en horario de mañana o mediodía –el 37%- y, si se añade el horario laboral de tarde, se alcanza el 75% de la muestra. Además, el 75% lo hace desde el ordenador, aunque avanza el uso de dispositivos móviles.
El elemento de conveniencia se consolida en datos como que el mayor uso del canal online se hace cuando se precisa la reposición de productos de gran peso y volumen y también cuando se dan condiciones climatológicas adversas, como días muy fríos, muy calurosos o lluviosos.
Destaca también el uso de listas predeterminadas como un factor fundamental en el éxito de la web de distribución online. Así, el 70% de la muestra afirma hacer la compra a partir de sus selecciones anteriores. De hecho, los elementos de conveniencia que facilitan la selección y control de los productos son altamente valorados por los consumidores. La facilidad para localizar los productos, las imágenes como instrumentos de localización y el control del contenido y gasto del carrito son elementos claves de esta tendencia.
El estudio constata también que los consumidores se resisten todavía a la adquisición online de alimentos frescos. El 60% de los encuestados solo compra alimentos frescos en tiendas físicas, si bien cerca del total restante lo hace en ambos canales.
Finalmente, se consolida que el consumidor percibe comprar menos por impulso en el canal online. El 50% afirma no comprar online productos que no ha visto previamente en la tienda física, frente al 40% que afirma “sentirse atraído” por las novedades y el 30% que se manifiesta inclinado a probar nuevos productos por este canal.
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