La próxima campaña olivarera en España sigue siendo una incógnita, pero de continuar la climatología con altas temperaturas y escasas precipitaciones, tiene visos de que se situará en torno al 50% de la producción de la campaña presente, según estima UPA Andalucía.

En algunas zonas olivareras ya se puede apreciar que el fruto se ha caído al ponerse negro y seco, porque el árbol no tiene el agua suficiente para favorecer la correcta formación del hueso. Por ello, no sorprende a nadie que con estas circunstancias las cooperativas ya estén analizando guardar parte de sus aceites almacenados y las almazaras industriales se estén moviendo para comprar aceite a buen precio pensando en el próximo año.
UPA Andalucía considera que no se trata de ser pesimistas, pero si previsores y organizativos para enfrentarnos a lo que nos puede deparar la próxima cosecha, cuando es probable que otros países productores del Mediterráneo recuperen sus volúmenes medios de producción de aceites de oliva.
Esta situación, unida a las recientes movilizaciones llevadas a cabo por el sector olivarero de la mano de UPA Andalucía, y la repercusión que también ha podido añadir la reunión mantenida con el Presidente de la Junta de Andalucía, han hecho que los precios repunten levemente en las últimas semanas.
Sin embargo, a partir de datos extraídos del mercado en POOLred, UPA Andalucía ha analizado la evolución de los precios en el último mes y afirma que “la variación ha sido ridícula y que sigue una evolución con dientes de sierra, cuando debería presentar un crecimiento constante”. Los precios a fecha de ayer son de 2,35 €/kg para aceite de oliva virgen extra, 2,16 €/kg para el aceite de oliva virgen, y de 2,06 € para el lampante, valores que siguen siendo bajos para un producto de máxima calidad y sinónimo de salud, y que ni de lejos se acerca a los costes de producción en el olivar tradicional que se sitúa en los 2,70 €/kg, lo que está provocando estragos en la economía de los productores.
UPA Andalucía critica duramente el claro desequilibrio que existe entre los distintos agentes de la cadena y la necesidad cada vez más imperiosa que tiene el propio sector de autorregular sus producciones. Está claro “que no debemos conformarnos ni relajarnos con limosnas de la industria y la distribución y debemos persistir en nuestra lucha, porque unos míseros céntimos más a día de hoy no solucionan los problemas estructurales que sin duda volverán a presentarse en el futuro si no ponemos pie en pared”, sentencian desde la organización agraria.
En opinión de UPA Andalucía, la industria y distribución especuladoras saben, desde el pasado 9J, que el sector ha dado toda una lección de ‘concentración’, demostrando ser un sector productor más unido que nunca, con más de 20.000 olivareros discurriendo por las calles de Sevilla, que no detendrá su cruzada hasta que perciba unos precios justos. Y esto no va de colores políticos, como algunos interesadamente pretenden revestirlo para justificar su atronadora ausencia en la manifestación -esa sí por cuestiones políticas-, ya que en cuanto el Gobierno de la nación deje de estar en funciones, la muchedumbre reivindicativa también se desplazará en septiembre para movilizarse en Madrid.
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