Egipto es el principal proveedor de patatas fuera de temporada. El país vende unas 600.000 t de patata, de media, cada año. Su pico de exportación se está produciendo en estos momentos.

Rusia es el principal cliente de la patata egipcia, comprando cada año unas 240.000 t. La invasión rusa en Ucrania podría interrumpir seriamente este suministro de Egipto. ¿Qué va a pasar entonces con la patata egipcia? se pregunta la CNIPT (inteprofesional francesa de la patata).

Si Egipto no puede vender las patatas a Rusia, podría intentar vehicularlas hacia el mercado comunitario, que se podría ver con un potencial aumento de oferta de patatas tempranas de Egipto (y en menor medida de Israel). Alemania ya ha empezado a importar patata egipcia y otras importaciones podrían ocurrir en el continente europeo, amenazando así directamente la cuota de mercado de Francia, que está enfocada casi en exclusiva a la UE (el 98% de las exportaciones patata francesa son al mercado comunitario).

La CNIPT teme que esta competencia de ofertas mediterráneas de patatas tempranas podría aumentar la
presión sobre los precios de los contratos que ahora se están negociando en Francia. El sector francés logra más de un tercio de sus exportaciones en el período de marzo a mayo.

Por otro lado, también puede darse el caso, de que con motivo de la guerra en Ucrania, Egipto no tenga acceso al trigo ruso del que depende mucho para alimentar a su población, lo podría obligar al gobierno egipcio a restringir parte de sus exportaciones de patata para destinarlas al consumo interno.