Investigadores del John Innes Centre (Reino Unido) han obtenido tomates muy ricos en vitamina D. Además, de en el fruto, la riqueza en vitamina D también se encuentra en las hojas de la mata de tomate. Para conseguirlo, se han desactivado un gen del genoma del tomate, con lo que han conseguido que la planta aumente su producción de provitamina D3, tanto en tomate como en el resto de la planta. La provitamina D3 se convierte en vitamina D con la luz del sol.
La vitamina D es sintetizada por nuestro cuerpo al exponernos a la luz solar, pero también puede ser aportada por la alimentación, especialmente en aquellos países con pocas horas de luz solar. El 40% de los europeos tienen insuficiencia de vitamina D. Dicha insuficiencia puede estar relacionada con un mayor riesgo de cáncer, demencia y una mayor gravedad de la infección por Covid-19, según últimos estudios.
Las plantas obtenidas en esta investigación tienen una doble ventaja. No solo se ha conseguido un tomate muy rico en vitamina D, sino que además se ha podido valorizar las hojas de la mata, que hasta ahora era un subproducto que se desechaba, pero que debido a su alta riqueza en vitamina D se podría usar para elaborar suplementos de vitamina D. Las hojas de las plantas editadas contenían hasta 600 ug de provitamina D3 por gramo de peso seco y la ingesta diaria recomendada de vitamina D es de 10 ug para adultos.
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