En 2023, 14 Estados miembros se vieron afectados por la peste porcina africana (PPA), lo que supuso multiplicar por cinco los brotes en cerdos domésticos en comparación con el año anterior, alcanzando una magnitud similar a la de 2019. Esto se debió principalmente a la introducción y posterior propagación de la PPA en Croacia y su resurgimiento en Rumania, que representa el 96% de los brotes de la UE. Estas son las principales conclusiones del último informe epidemiológico anual publicado ayer por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
En el caso de los cerdos domésticos, en 2023 se registró el mayor número de brotes de peste porcina africana (PPA) desde 2014. Croacia y Rumanía notificaron el 96 % del número total de brotes (1.929).
Los brotes de PPA en cerdos domésticos fueron claramente estacionales en todos los países: el 88% de los brotes se notificaron entre julio y octubre. La mayoría de los brotes de PPA entre cerdos domésticos se detectaron mediante sospecha clínica (94%), seguido del rastreo en los establecimientos afectados (3%) y las pruebas semanales de al menos dos cerdos muertos en los establecimientos (3%).
El número de brotes en jabalíes en 2023 aumentó un 10% en comparación con el año anterior. El virus se introdujo por primera vez en Suecia y Croacia y se propagó a nuevas zonas de Italia. También reapareció en Grecia tras una interrupción de dos años.
En el caso del jabalí, se observó en la UE un aumento del 10% en el número de focos notificados en comparación con 2022, con variaciones considerables entre países. Sólo se observaron picos invernales en Polonia, Eslovaquia y Hungría. La situación epidemiológica del jabalí mejoró en Alemania y Hungría, como sugiere la disminución del número de brotes y de las proporciones de muestras positivas por PCR de jabalíes muertos. En general, el 31% de los cadáveres de jabalí encontrados durante la vigilancia pasiva dieron positivo mediante PCR, lo que representa el 69% de los brotes de peste porcina africana en jabalíes en la UE. Por el contrario, el 0,4% de los jabalíes cazados dieron positivo, lo que representa el 31% de los focos.
Para detectar los focos de PPA, los expertos de la EFSA recomiendan dar prioridad a la vigilancia pasiva, que incluye la búsqueda y análisis de cadáveres de jabalíes, frente a la vigilancia activa, que implica el análisis de jabalíes cazados.
La vigilancia pasiva, en particular la observación de signos clínicos de la enfermedad, sigue siendo el principal modo de detección de la PPA también en los establecimientos de cerdos domésticos. Por lo tanto, los ganaderos y veterinarios tienen un papel especialmente importante a la hora de notificar casos sospechosos.
En octubre de 2024, la EFSA publicará un dictamen científico en el que revisará los factores de riesgo de aparición, propagación y persistencia del virus de la PPA en las poblaciones de jabalíes, así como en los cerdos domésticos. Nuestro asesoramiento apoyará a los gestores de riesgos en sus esfuerzos en curso para prevenir, controlar y erradicar la propagación del virus de la PPA.
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