La producción de avellana en España, concentrada principalmente en Cataluña, registrará una caída del 40% en la campaña 2024-2025, alcanzando solo 4.100 toneladas de avellana en cáscara frente a las 6.800 toneladas de la campaña anterior, que ya había sido un 17% inferior. Según la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC), esta situación representa una de las cosechas más bajas de la historia reciente y refleja el impacto severo de la sequía y del cambio climático en el sector.
El descenso de la producción está vinculado principalmente a las restricciones hídricas, agravadas por la sequía persistente durante la primera mitad de 2024, el tercer año consecutivo de condiciones extremadamente adversas para el cultivo. En zonas regadas por el pantano de Riudecanyes, la falta de agua ha llevado a implementar limitaciones severas en el riego, lo que ha afectado tanto a las plantaciones de regadío como a las de secano, estas últimas especialmente vulnerables a la escasez de recursos hídricos. La FCAC advierte que la situación amenaza la viabilidad de numerosas plantaciones, poniendo en riesgo un cultivo fundamental para la economía rural y el equilibrio territorial en Cataluña.
A este contexto se suma el impacto del cambio climático, que no solo agrava los problemas de sequía, sino que también favorece la aparición de plagas emergentes que afectan al cultivo de avellanas. Muchas de estas plagas no cuentan con técnicas de control efectivas, lo que añade un desafío sanitario adicional para los productores.
Los datos de la caída de la producción serán presentados por la FCAC en la reunión bilateral entre la Unión Europea y Turquía, donde participará en representación de Cooperativas Agro-alimentarias de España. En esta reunión, que cuenta con la presencia de la Comisión Europea y representantes del gobierno turco, se analizarán las previsiones de producción, los precios y las dinámicas del mercado de la avellana. Turquía, como principal productor mundial, juega un papel crucial en la estabilización del mercado mediante posibles compras públicas que podrían amortiguar las fluctuaciones internacionales.
La FCAC subraya que el abandono de las plantaciones de secano supondría un grave riesgo medioambiental, ya que los avellanos contribuyen a prevenir la desertificación y a mantener el equilibrio territorial en zonas donde otros cultivos no son viables. Este cultivo estratégico requiere medidas urgentes para garantizar su sostenibilidad y proteger tanto el medio ambiente como el tejido económico y social del medio rural en Cataluña.
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