Un innovador sistema permite predecir con precisión y en tiempo real la vida útil de las fresas, mejorando la calidad del producto y minimizando el desperdicio alimentario. Esta tecnología utiliza espectroscopia de infrarrojo cercano (NIRS), una técnica que evalúa parámetros fisicoquímicos y microbiológicos sin dañar el fruto. A través de un espectrofotómetro portátil, se mide la reflectancia de la luz en las fresas, generando datos clave como firmeza, pérdida de peso, color y calidad microbiana.

El método es capaz de proporcionar información instantánea durante distintas etapas de almacenamiento, sometiendo las fresas a temperaturas que oscilan entre los 5 y los 35 grados. Estos datos son procesados mediante modelos matemáticos alojados en la nube, lo que permite a productores y minoristas tomar decisiones rápidas y adaptativas sobre la comercialización de las fresas. Esto no solo ayuda a reducir el desperdicio alimentario, sino que también optimiza los tiempos de distribución y venta, adaptándose a modelos de precios dinámicos en supermercados.

A diferencia de los métodos tradicionales, que requieren análisis destructivos en laboratorio y mayor tiempo para obtener resultados, esta tecnología destaca por su rapidez y eficacia, ofreciendo una herramienta innovadora para preservar la frescura de los alimentos frescos en tiempo real.

Este avance ha sido desarrollado por investigadores del grupo HIBRO de la Universidad de Córdoba como parte del proyecto PRIMA BiofreshCloud. En el estudio se analizaron fresas frescas almacenadas a diferentes temperaturas, recopilando datos cada tres días. La tecnología ya ha sido validada en los almacenes de Migros, el mayor minorista de alimentos frescos de Turquía, demostrando su capacidad para integrar la digitalización en la cadena de suministro y reducir las pérdidas tanto en fases precosecha como poscosecha.