La Comisión Europea ha propuesto este miércoles una enmienda a la Ley del Clima de la UE para establecer un nuevo objetivo climático: reducir en un 90 % las emisiones netas de gases de efecto invernadero (GEI) para 2040 respecto a los niveles de 1990. Esta meta, que se enmarca en las directrices políticas de la Comisión para 2024-2029, pretende reforzar la transición hacia una economía europea descarbonizada en 2050.
El nuevo objetivo se basa en el actual compromiso legalmente vinculante de recortar las emisiones en al menos un 55 % para 2030, y busca ofrecer un marco más pragmático y flexible para alcanzar los objetivos climáticos, teniendo en cuenta las condiciones económicas, geopolíticas y de seguridad energética actuales.
Flexibilidad para sectores como el agrario
Entre los elementos centrales de la propuesta, la Comisión contempla mayores flexibilidades sectoriales que podrían beneficiar especialmente al sector agrario. Los Estados miembros podrán compensar el menor rendimiento en sectores como el uso del suelo —que incluye la agricultura y la gestión forestal— con avances en áreas como residuos o transporte.
El documento también plantea la posibilidad de incorporar las absorciones permanentes nacionales en el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la UE (RCDE UE), lo que podría implicar un reconocimiento adicional a las prácticas agrícolas que contribuyen a la captura de carbono.
El objetivo del 90 % se ha diseñado en línea con la “Brújula de Competitividad” de la UE y el Pacto Industrial Limpio, y busca garantizar condiciones estables para la inversión, la innovación y la seguridad energética. La Comisión considera que mantener el rumbo de la descarbonización creará empleo, impulsará el crecimiento económico y reforzará la resiliencia ante el cambio climático.
Un compromiso con la industria y la fiscalidad verde
Junto a esta propuesta, la Comisión ha publicado una Comunicación que presenta los primeros avances del Pacto Industrial Limpio, incluyendo el nuevo Marco de Ayudas Estatales adoptado la semana pasada, que facilita inversiones en tecnologías limpias y descarbonización industrial.
También se han introducido recomendaciones fiscales como la amortización acelerada y los créditos fiscales, así como medidas para simplificar el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM), que afecta directamente a las importaciones de productos intensivos en emisiones.
Estas medidas están diseñadas para favorecer a los sectores industriales —incluyendo el agrario, donde proceda— en su adaptación a la transición ecológica, y reducir la carga administrativa para pequeñas y medianas empresas.
Próximos pasos y proyección internacional
Con esta propuesta, la UE pretende enviar una señal clara de compromiso con el Acuerdo de París y contribuir de forma creíble a la reducción global de emisiones, de cara a la COP30 que se celebrará en noviembre en Belém (Brasil).
La propuesta será debatida por el Parlamento Europeo y el Consejo, y servirá como base para el desarrollo del marco legislativo posterior a 2030, incluyendo medidas específicas para sectores como el agrario, que deberán adaptarse progresivamente al nuevo horizonte climático de la UE.
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