La Comisión Europea anunció el pasado 3 de septiembre el inicio del proceso de ratificación del acuerdo con Mercosur tras más de dos décadas de negociaciones. El movimiento llegó en un momento de debilidad política en Francia, principal opositor al tratado, que cedió en menos de 24 horas a cambio de un mayor respaldo a sus agricultores y ganaderos. La retirada francesa amenaza con desinflar también la oposición de Italia y Polonia, lo que allana el camino a la ratificación sin contar con el apoyo explícito de todos los Estados miembros.
Desde Asoprovac, la asociación española de productores de vacuno, se advierte que la postura del Gobierno español es ofensiva, apoyando el acuerdo sin exigir mayores garantías ni compensaciones para un sector especialmente expuesto. El presidente de la entidad, Ricard Godia, considera que la indignación del sector está justificada, ya que los estudios señalan una diferencia de costes de producción de hasta un 30% respecto a Mercosur, debido a normativas de producción mucho menos exigentes que las europeas, donde se siguen permitiendo prácticas prohibidas en la UE.
Crisis en el sector vacuno
El anuncio de la Comisión coincide con un contexto de crisis para el vacuno europeo. En los últimos cuatro años, el censo de vacas ha descendido un 5% y la producción en los primeros meses de 2025 ha caído un 5,2% adicional. En España, el número de sacrificios ha disminuido un 6%. Esta reducción de la cabaña ya se refleja en precios históricamente altos por la falta de oferta, lo que, según Godia, evidencia la seriedad de la situación.
Asoprovac alerta de que, mientras la burocracia comunitaria sigue generando costes adicionales, la política comercial avanza en concesiones a terceros países en detrimento del vacuno europeo. La organización considera que las instituciones europeas no están afrontando con la suficiente seriedad la gravedad de la crisis.
Falta de reacción
La asociación muestra además su perplejidad ante la ausencia de reacción por parte de ONG ecologistas, animalistas o asociaciones de consumidores, que en esta ocasión no han denunciado la rebaja de estándares que supone el acuerdo. Para Asoprovac, resulta incoherente que se exijan elevados requisitos a los productores europeos mientras se abre la puerta a importaciones de carne producida bajo condiciones muy distintas.
Godia advierte de que este desprecio al mundo rural tendrá consecuencias. La falta de relevo generacional, el abandono de explotaciones y la dependencia creciente de importaciones de carne de vacuno con menores garantías son, según la organización, los síntomas de un abandono progresivo del campo europeo.
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