La campaña apícola actual está siendo especialmente complicada para los apicultores profesionales. La cosecha de miel de verano prácticamente no ha existido, lo que asfixia al sector en un contexto marcado por la sequía prolongada, los cambios bruscos de temperatura, los incendios forestales y, de manera destacada, el impacto del abejaruco.
Durante los meses más calurosos, los apicultores constataron cómo esta ave impide la salida de las abejas obreras, lo que agota los recursos internos de las colmenas y está provocando un proceso de desabejado en numerosos asentamientos. Solo con la reciente marcha migratoria del abejaruco algunas colmenas han empezado a recuperar cuadros de cría, aunque de forma muy limitada.
Desde COAG Salamanca se alerta de que esta situación no es coyuntural, sino estructural y cada vez más acusada, con importantes pérdidas económicas en las zonas donde la presencia del ave es continua durante el verano. La organización agraria considera inaceptable que se mantenga el estatus de especie protegida del abejaruco, al que califica de especie invasora en algunos territorios.
COAG exige a las administraciones públicas una revisión urgente de su situación legal y la puesta en marcha de planes de control poblacional, especialmente en zonas apícolas críticas. Como alternativa, pide la aplicación de un plan de indemnizaciones por los daños ocasionados, similar al existente para otras especies protegidas como el oso pardo o el lobo, tomando en cuenta tanto las áreas de paso como las de asentamiento.
La organización recuerda que la apicultura es un sector estratégico para la biodiversidad, el equilibrio ambiental y el desarrollo rural, y denuncia que dejar a los apicultores sin apoyo ante esta problemática supone un grave perjuicio económico y social.
Política de comentarios:
Tenemos tolerancia cero con el spam y con los comportamientos inapropiados. Agrodigital se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso aquellos comentarios que no cumplan las normas que rigen esta sección.