Las organizaciones agrarias COAG Andalucía, ASAJA Andalucía, UPA Andalucía y el Grupo Remolachero de Sevilla han denunciado el incumplimiento del compromiso adquirido por AB Azucarera con más de 500 agricultores andaluces que tienen preparadas más de 4.000 ha para la siembra de remolacha otoñal. Esta superficie supera incluso la exigida por la propia empresa para mantener abierta la recepción de remolacha azucarera y garantizar el cumplimiento del compromiso agroambiental quinquenal vigente, del que aún restan dos años, según señalan las organizaciones.
El acuerdo, respaldado en su día por la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía y por la propia empresa, contemplaba el mantenimiento de la actividad remolachera en la región. Sin embargo, las organizaciones denuncian que Azucarera ha decidido “dar la espalda al campo andaluz”, priorizando la actividad en la fábrica de Toro (Zamora) y dejando la planta de Guadalete únicamente para el refino de caña de azúcar procedente de terceros países.
Las organizaciones agrarias sostienen que, con esta estrategia, Azucarera se ahorra más de 2 M€ por campaña a costa de las ayudas europeas, ya que la ayuda acoplada a la remolacha de Andalucía puede acabar incrementando los pagos a los productores del norte de España. Esto le permite evitar una subida del precio de compra de la remolacha desde la planta de Toro, pero deja sin salida a los agricultores andaluces, que pierden un cultivo tradicional en zonas como Cádiz y Sevilla.
El descontento del sector se agrava por el contraste entre la decisión de la empresa azucarera y la ayuda adicional de 300 €/ha aprobada por la Junta de Andalucía para fomentar la siembra de remolacha. Las organizaciones consideran que la empresa ha desoído el esfuerzo institucional y ha optado por abandonar un cultivo con fuerte arraigo social y relevancia económica en el medio rural andaluz.
Las organizaciones recuerdan que AB Azucarera pertenece al grupo multinacional Associated British Foods (ABF), propietario también de la cadena de moda Primark. Los remolacheros subrayan la contradicción de que el grupo mantenga activas sus tiendas en Andalucía —en ciudades como Jerez o Sevilla— mientras “rechaza la remolacha andaluza y el esfuerzo de sus agricultores”.
Ante esta situación, ASAJA, COAG, UPA y el Grupo Remolachero de Sevilla piden a la empresa que rectifique de inmediato y se siente a negociar de forma seria y transparente con el sector, aprovechando la disposición de la Junta para garantizar el futuro de la remolacha en Andalucía. De no producirse un cambio, las organizaciones advierten que se plantearán iniciar una campaña de boicot a Primark: “si no quieren nuestra remolacha, tampoco tendrán el dinero de los andaluces”.
La remolacha es un cultivo con una larga tradición en el campo andaluz, especialmente en la Campiña de Cádiz y el Bajo Guadalquivir. Su desaparición supondría no solo la pérdida de una importante producción, sino también un grave impacto sobre el tejido rural, comprometiendo la estabilidad económica de muchas familias y la continuidad de explotaciones que dependen de esta alternativa agronómica dentro de su rotación de cultivos.
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