La campaña de arroz en la provincia de Sevilla entra en su recta final con cerca del 95% de la superficie ya recolectada. Tras cinco años de precipitaciones insuficientes, el buen comportamiento hidrológico del mes de marzo permitió recuperar las reservas de la cuenca del Guadalquivir y, en la Comisión de Desembalse celebrada el 29 de abril, se aprobó un volumen máximo a desembalsar de 10.083 m³/ha, lo que hizo posible sembrar el 100% de la superficie cultivable.

El riego se inició en la última semana de mayo con el llenado de las tablas, operación que se prolongó hasta mediados de junio. Los Servicios Técnicos de ASAJA-Sevilla señalan que, durante la campaña, el denominado tapón salino en el río se ha comportado dentro de la normalidad, permitiendo capataciones de agua con calidad suficiente para el desarrollo fisiológico del cultivo y sin convertirse en un factor limitante.
La recolección comenzó a finales de septiembre y solo se ha visto interrumpida algunos días por las lluvias de finales de octubre, que provocaron encamado en ciertas parcelas y retrasos en la siega por el aumento de la humedad del grano. Aunque los rendimientos se consideran favorables y la previsión apunta a superar las 320.000 t, la campaña ha estado marcada por una gran variabilidad en la producción, tanto en variedades Índica como Japónica.
Costes al alza, plagas difíciles de controlar y falta de mano de obra
ASAJA-Sevilla advierte de que el cultivo del arroz dispone actualmente de muy pocas materias activas para combatir malas hierbas y plagas cada vez más difíciles de controlar. En algunas zonas se ha observado una eficacia limitada de los tratamientos, lo que ha afectado a la rentabilidad de las explotaciones, ya de por sí presionadas por el aumento de los costes de producción y la competencia de las importaciones. La organización destaca, además, que esta campaña ha estado especialmente marcada por la aparición de Fusarium, relacionada con la ausencia de tratamientos autorizados para la semilla.
Otro problema relevante ha sido la escasez de mano de obra para la escarda, que ha dificultado el control de hierbas y aumentado la carga de trabajo para las explotaciones.
A todo ello se suma la preocupación por los precios percibidos por los arroceros sevillanos, que ASAJA-Sevilla considera claramente insuficientes para cubrir unos costes que han aumentado alrededor de un 30% en los últimos años. La combinación de costes crecientes y precios a la baja compromete la viabilidad económica de muchas explotaciones.
Importaciones masivas y cláusula de salvaguardia
El sector denuncia también el fuerte incremento de las importaciones de arroz procedentes de Camboya y Myanmar. ASAJA-Sevilla, la Federación de Arroceros y las organizaciones agrarias europeas integradas en el COPA han trasladado a la Comisión Europea la necesidad de que la cláusula de salvaguardia sea más fácil de activar y de aplicación inmediata, para evitar lo que consideran una competencia desleal derivada de los acuerdos preferenciales que permiten la entrada de arroz de terceros países sin arancel o con arancel reducido.
La organización recuerda que el arroz producido en Sevilla cumple exigencias estrictas en materia de sanidad, sostenibilidad y calidad, y reclama que las importaciones se mantengan dentro de niveles razonables y bajo condiciones sociales, laborales y de seguridad comparables a las exigidas en la UE. En este contexto, ASAJA-Sevilla, junto con la Federación de Arroceros y otras entidades, está manteniendo reuniones con eurodiputados y con la Representación Permanente de España ante la UE para negociar la renovación del acuerdo con Camboya y Myanmar, vigente desde el 18 de enero de 2019 y aplicado tras más de cinco años de aumento continuado de las importaciones.
La organización propone establecer un mecanismo automático de salvaguardia específico para las importaciones de arroz de terceros países, que restituya los aranceles aduaneros cuando se supere un determinado umbral de importación. Recuerda que el umbral inicial se fijó en 40.000 t, mientras que la última propuesta eleva el límite de activación por encima de 600.000 t. Según los datos manejados por el sector, las importaciones totales de arroz hasta agosto de 2025 alcanzaban 1.586.000 t, casi 70.000 t más que en la campaña anterior, de las cuales 522.000 t procedían de Camboya y Myanmar. Esta presión importadora habría provocado una caída de más del 15% en los precios percibidos por los arroceros españoles en los últimos meses.
Inundación invernal y valor ambiental de los arrozales de Doñana
Una vez finalizada la cosecha, se está llevando a cabo la inundación invernal de las parcelas, medida agroambiental que consiste en mantener los campos encharcados hasta el 15 de diciembre. Esta práctica simula las condiciones naturales de marisma y proporciona hábitat para aves acuáticas durante el invierno, además de contribuir a la gestión del agua y a la conservación de la biodiversidad y de la biofauna vinculada al entorno de Doñana.
ASAJA-Sevilla recuerda que la provincia es la primera productora de arroz de España, con alrededor del 40% de la producción nacional. Las marismas de Doñana, con unas 36.500 ha cultivadas, constituyen la mayor zona arrocera del país. El cultivo genera unos 5.000 empleos directos, alrededor de 32.000 peonadas anuales y una facturación en campo estimada en 7 M€, lo que pone de relieve su importancia económica y social para el territorio, además de su papel ambiental.





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