Cada vez se está más cerca de confirmar que la amenaza de fiebre aftosa en Nueva Zelanda no ha sido más que una broma muy pesada y costosa para los ganaderos afectados. Se ha recibido una segunda carta, que ha sido enviada al diario neocelandés Dominion Post, en la que se señalaba que toda había sido efectivamente una broma.
La investigación policial parece ser que confirma que esta segunda carta y la primera, dirigida al Primer Ministro, tienen el mismo origen. Además, la investigación veterinaria llevada a cabo en las explotaciones de la isla Waiheke, no han mostrado ningún caso positivo de fiebre aftosa. Desde hoy se levantarán las restricciones de movimiento.
Todo comenzó hace unos días, cuando el Primer Ministro de Nueva Zelanda recibió una carta anónima en la que se informaba que de forma deliberada se había liberado el virus de la fiebre aftosa en la isla de Waiheke
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