La propuesta de reglamento de la Comisión Europea relativa al uso de los productos fitosanitarios ha encendido las alarmas del sector agrario. La novedad más preocupante radica en la prohibición de todos los productos fitosanitarios en las denominadas ‘zonas sensibles’, las cuales, según estimaciones de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA) y la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), podrían abarcar más del 30% de la superficie agraria útil de España e, incluso, más del 80% en el caso de la Comunitat Valenciana.
El reglamento comunitario define como ‘zonas sensibles’, las zonas verdes abiertas al público en general (parques, campos deportivos, vía pública, etc.), zonas usadas mayoritariamente por grupos vulnerables, zonas verdes urbanas y zonas ecológicamente sensibles bajo la Directiva Marco de Agua, Natura 2000, Espacios Nacionales Protegidos y la nueva regulación de polinizadores (pendiente). Asimismo, con el fin de proteger el medio acuático, la UE baraja prohibir el uso de productos fitosanitarios en los alrededores de las aguas superficiales. Entre las áreas agrícolas más perjudicadas por ambas exclusiones destacarían los arrozales, las hortalizas al aire libre y bajo invernadero y los cítricos de la Comunitat Valenciana, la Región de Murcia, Andalucía (sobre todo Almería y Huelva) y Cataluña (Tarragona).
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, alerta de que este borrador es un disparate imposible de aplicar que recrudecería aún más la falta de soluciones para combatir las plagas y enfermedades, multiplicaría los costes de producción y reduciría el rendimiento productivo. Además, recuerda que Bruselas sigue empeñada en su cruzada ciega de prohibir más y más materias activas fitosanitarias sin dotar al sector de alternativas de contrastada eficacia y a un precio asumible y sin exigir una reciprocidad con las importaciones.
Valentín Almansa, director general de la Producción Agraria del Ministerio de Agricultura, ha mencionado, en su participación en una jornada sobre este tema, que la prohibición del uso de fitosanitarios en las zonas sensibles no es realista ni aceptable, y que en esta cuestión hay acuerdo entre los 27 estados miembros. (No obstante, habrá que esperar y ver si ese acuerdo de los 27 de traduce en que la Comisión Europea elimine su propuesta de medida).
…ahora a llorar!!! tantos años coqueteando con los fundamentalistas ecológicos y dándole protagonismo en todo tipo de medios, públicos y privados, que la gran mayoría de la sociedad se ha creído sus mentiras y el agricultor se queda «solo»…todos hemos sido culpables por omisión.
Bueno, siempre quedarán los «bio….antes» a base de algas y otros bichos y ungüentos para «luchar» contra plagas, malas hierbas y enfermedades, que aunque son ineficaces, el agricultor tranquiliza su conciencia…hasta el momento de la recolección.
LA MATERIA ACTIVA que hay que prohibir es aquella que se sepa que es perjudicial para las personas o medioambiente, según estudios.
Por lo tanto, hay que estudiar cada materia activa.
Meter todas en el mismo saco, es un error, que puede desaprovechar un invento humano(materia activa) beneficioso para nuestro interés común.
Para los dirigentes es más fácil, prohibir todo, que es más cómodo y además quedas como amigo del medioambiente, sin saber sus efectos posteriores.