Los mayores productores de yogurt de Estados Unidos, Dannon Company y Yoplait-Colombo, se han dirigido a la agencia alimentaria (Foods and Drug Administration; FDA) en el sentido de que se exija un nivel mínimo de presencia de bacterias vivas.

La FDA publicó el pasado mes de Julio un aviso de sus propuestas, por las que para que un producto lácteo fermentado se denomine yogurt debe tener un número mínimo de bacterias vivas. En la actual legislación de EEUU sobre el yogurt se establece que éste debe de contener colonias de bacterias lácticas vivas, pero no se fija cuántas. Otra novedad de la propuesta de la FDA es que se podrían utilizar concentrados de proteínas lácteas. La Asociación Nacional de Yogurt de EEUU considera que establecer estos umbrales mínimos irá en beneficio del consumidor, especialmente favoreciendo a aquéllos que tienen problemas para digerir la leche por intolerancia a la lactosa.

La única forma que existe actualmente de asegurar que un yogurt contiene al menos 100 millones de bacterias por gramo en el momento de su fabricación es la participación en un programa voluntario de la National Yogurt Association, organización patrocinada por Dannon, Yoplait, Johanna Foods y otros fabricantes.

La posibilidad de utilizar concentrados de proteínas lácteas en la elaboración del yogurt ha provocado gran alarma entre los ganaderos. Estos consideran que los concentrados, que son mayoritariamente importados, pueden desplazar la utilización de sólidos lácteos domésticos. Desde hace meses, los ganaderos de leche de EEUU han denunciado la creciente utilización de los mismos en la elaboración de productos lácteos. En 1995 se importaban menos de 10.000 tn de concentrados, mientras que en 2000 esta cifra se ha multiplicado por cinco. El incremento de las importaciones de concentrados lácteos se debe a la ausencia de protección en frontera y a tratarse de una fuente de proteína más barata que la que se puede obtener en el mercado doméstico.