Esta prueba para el acceso a la caza se implantó en 2015, promovida por la incorporación de la Comunidad de Castilla y León al Convenio para la expedición de licencias interautonómicas de caza y de pesca, que permite con su posesión practicar la caza en siete Comunidades Autónomas (Aragón, Asturias, Extremadura, Galicia, Comunidad de Madrid, Comunidad de Castilla y León y Comunidad Valenciana), sin necesidad de multiplicar trámites y licencias. Actualmente, 13 de las 17 comunidades autónomas, además de Ceuta, convocan estas pruebas, lo que permite el reconocimiento mutuo de los certificados emitidos entre las diferentes administraciones.

La prueba viene convocándose dos veces por año coincidiendo con los inicios de la temporadas de la media veda y la temporada general de caza menor. Consiste en un test sobre los conceptos básicos y reglas cinegéticas que todos los cazadores deben conocer antes de poner en práctica su afición, tales como documentación y permisos necesarios, reconocimiento y biología no solo de las especies cinegéticas sino también de las especies protegidas, modalidades y armamento permitidos, lugares donde se permite la caza, nociones sobre administración y gestión cinegética, así como de normativa, ética, seguridad durante el ejercicio de la caza.

En esta convocatoria se han presentado un total de 304 aspirantes, de los cuales 288 han superado la prueba. Aunque la mayor parte de ellos (más del 60 %) no supera los 30 años, destaca el más veterano de todos, un salmantino de 72 años. Los más jóvenes han sido un nutrido grupo de 14 años de edad que podrá iniciarse en esta afición.

Las provincias con mayor participación han sido León, Valladolid y Salamanca, mientras Zamora y Segovia han sido en las que menos aspirantes se han presentado.

La siguiente convocatoria de este examen tendrá lugar el 3 de octubre, justo antes del inicio de la temporada de caza menor y de liebre con galgo.