El Ministerio Federal de Alimentación y Agricultura de Alemania (BMEL) ha presentado un documento sobre la ampliación del etiquetado de bienestar animal para incluir la carne de vacuno, una medida que ha generado una fuerte oposición por parte de una alianza de asociaciones del sector agroalimentario. Aunque los gremios apoyan el concepto de etiquetado de bienestar animal, critican los problemas del actual sistema, que hasta ahora solo se aplica a la carne de cerdo.

Uno de los puntos principales de conflicto es la falta de claridad y uniformidad en los criterios de clasificación, así como la escasa transferencia de datos a las fases posteriores de la cadena de producción. También señalan como problemática la posibilidad de «downgrading», es decir, la reclasificación a categorías inferiores, y la limitada integración de sistemas privados de certificación.

Las asociaciones subrayan que las propuestas del BMEL, especialmente en lo referente a la clasificación de machos jóvenes y vacas lecheras, no reflejan la realidad del sector. Aseguran que el ministerio no tiene en cuenta cómo diferentes sistemas de estabulación y métodos automatizados de manejo afectan a la cría y el bienestar de los animales.

Además, advierten que la aplicación de esta regulación podría dañar aún más la competitividad de la ganadería alemana, generando una mayor carga burocrática sin un verdadero impacto en el bienestar animal. Esto podría desincentivar a aquellos ganaderos que ya han invertido en mejorar las condiciones de sus animales.

Por último, la alianza critica la falta de diálogo entre el BMEL y los actores clave de las industrias cárnica y láctea en la elaboración de este proyecto. Antes de proceder con la ampliación, exigen que se resuelvan primero los problemas en el etiquetado de la carne de cerdo, para luego desarrollar de manera conjunta criterios adecuados para la carne de vacuno.